Las fases son:
·
Euforia:
Su duración se extiende desde los minutos previos al gran acontecimiento hasta
aproximadamente al kilómetro 5. Los corredores, motivados por el ambiente que
respiraban en la salida y también por exceso de confianza pueden tender a salir
a un ritmo mucho más rápido del que les conviene para que puedan llegar a meta en condiciones. Cierto es que durante esta
etapa estamos totalmente activos física y mentalmente, el corredor no piensa en
lo que vivirá en un par de horas, simplemente vive el presente y disfruta de su
sensación. Cada corredor debe conocer cuáles son sus posibilidades y por eso
debe intentar evitar dejarse llevar por otros corredores superiores a él.
También se recomienda, a fin de evitar sobreesfuerzos y malas planificaciones
haberse establecido previamente tiempos de paso concorde nuestro nivel
personal, estos tiempos deben ser regulares, es decir: si en el km 10 he de
pasar con 50min, en el km 21 no podré pasar en más de 2 horas 10min
(significará que me habré extenuado muy temprano ya que el ritmo que me propuse
era demasiado fuerte) y si por en cambio paso el km 21 en un tiempo de
1h45’-1h50’ significará que estoy cumpliendo con lo previamente marcado.
La
mente no influye especialmente en esta fase, únicamente nos ha de saber frenar
y ponernos en nuestro sitio.
· Etapa
de la “charla”:
Esta etapa se extiende desde el kilómetro 6 hasta llegar al 14-15, el nombre de
esta etapa ya habla de por sí en lo que consiste. Muchos corredores dedican a
hablar con sus compañeros de viaje o de club y se muestran contentos, este es
el momento en el que se pueden gastar bromas y/o contar chistes.
Algunos
corredores, en esta etapa suelen caer en el engaño, afirmándose a si mismo
frases como: (“ya voy por el kilómetro 14 y me encuentro perfecto, así
que puedo acelerar un poco”, (“ya llevo un tercio de la carrera, sólo me quedan
dos tercios y no estoy cansado, ya sólo me quedan X kilómetros”). Sin embargo, la
segunda afirmación es totalmente cierta, el km 14 representa 1/3 de la
distancia total, pero sería un gravísimo error dar por igual los primeros 14
kilómetros que los 14 últimos (28-42) básicamente por el cansancio acumulado
que lleva uno y que a veces le conduce al abandono antes de hora. Nuestra mente
debe de mantenerse parcial y ser consciente de que no puede caer en este engaño
psicológico, se trata de conocerse a uno mismo y llevar a cabo un ritmo que se
ajuste a nuestro organismo y que podamos mantener aproximadamente hasta la
llegada.
·
La transición: Se prolonga desde los kilómetros 16-17 hasta prácticamente
llegar al kilómetro 23. Únicamente en estos kilómetros es cuando los corredores
populares realmente corren con mucha cabeza y por lo tanto no cometen errores
significativos. El nombre de transición viene dado por el cambio de estado del
corredor alegre, motivado y feliz en un principio al corredor que empieza a
notar un cansancio físico y mental. En este cambio hay unos kilómetros neutros,
por eso a esta etapa se la denomina como
“etapa neutra”, que se refiere al estado del corredor, un estado en que
la euforia inicial se ha desvanecido y el agotamiento y sufrimiento final aun
no se han presentado. Nuestra mente apenas influye, no tiene altibajos y se
mantiene muy concentrada en la disputa de la prueba.
· La latente: Esta fase toma protagonismo desde el kilómetro 24 hasta
llegar al “muro” que se sitúa poco después de cruzar el kilómetro 30. Es en
este momento cuando las cosas se empiezan a complicar, se empiezan a notar las
piernas cansadas y ya no apetece continuar.
Es entonces cuando
se nos presentan algunos problemas, el primero de ellos es el inicio del
cansancio psicológico, en el cual el corredor se repite a sí mismo “no tengo ganas de seguir corriendo” …
para solventar esta dificultad conviene preparar estímulos positivos para la
carrera, bien pueden ser amigos o familiares que nos animen en un punto
previamente acordado (este apoyo recibido siempre da un plus de fuerzas al
corredor) o también un corredor de apoyo que nos haga de liebre y nos ayude a
continuar al mismo ritmo si puede ser.
El segundo
problema que nos puede ocurrir son los pensamientos negativos donde el corredor
pierde los papeles
repitiéndose a sí
mismo “aun me queda mucho”, “ya no puedo más”… en este caso para combatir estos
pensamientos necesitamos primeramente autoconfianza convenciéndose a uno mismo
que va a lograrlo gracias a los entrenos previamente realizados con plena
garantía y positivismo, pensando “ya he corrido X kilómetros”, “estoy
haciéndolo francamente bien”
Al final de esta
etapa encontramos lo que se conoce como “el muro”, es una barrera físico
psicológica situada en el kilómetro 30 y que sufren muchos corredores, estos experimentan un cansancio
físico y mental insuperable que les hace bajar drásticamente el ritmo y otros
se ven obligados a abandonar.
En estas dos
imágenes anteriores podemos observar que en la primera de ellas se pretende
esperanzar a los corredores con el mensaje “El muro NO existe son los padres” y
la segunda es una pintada en un muro reflectando la realidad.
· Sufrimiento: Se extiende desde
el kilómetro 32 hasta el kilómetro 42,0. Si anteriormente hemos sobrepasado
nuestro ritmo optimo para llegar en condiciones, estos kilómetros serán un
autentico infierno. El único deseo del corredor durante esta fase es terminar,
llegar a meta de una vez por todas y decir que lo ha conseguido. A lo largo de
esta etapa pueden ir apareciendo dificultades como dolores físicos (musculares,
gemelo, espalda…) ante los cuales hemos de mantenernos concentrados y atentos a
fin de evitar despistes por pequeñas molestias que, en muchos casos
desaparecen, hemos de ser conscientes de que llevamos 3 horas corriendo y es
normal que padezcamos dolores.
La
ansiedad de final de carrera también cobra efecto en muchos corredores que a
falta de 3-4 kilómetros se preguntan “¿Cuándo llegaré?”, “¡No se termina
nunca!”, es ahí cuando debemos intentar evitar influenciarnos por los
pensamientos negativos, debemos intentar ir con nuestro corredor de apoyo, y si
no tenemos buscar un grupo amplio de corredores que nos ayude a ir aguantando.
“En estos momentos no existe la vida
fuera de la carrera. La carrera es la vida y esta termina al cruzar la línea de
meta”.
Existen
unas determinadas técnicas psicológicas para afrontar los últimos 10 kilómetros
del maratón, son las siguientes:
1.
Distraerse contado los kilómetros: Pensar
siempre en el siguiente kilómetro controlando zancadas y cadencia
2.
Correr en compañía: Evitando las
rivalidades, es motivador irse reforzando mutuamente con los demás corredores
3.
Animación: estímulo de público y familiares
en el tramo final
4.
Hablar con uno mismo: sirve para
acostumbrarse a la desesperación, es importante no venirse abajo ni ponerse
autocrítico
5.
Mantener el esfuerzo: Debe de ser el mismo
esfuerzo que hemos ido llevando durante toda la carrera, no hay que arriesgar
ya que de esta forma evitaremos calambrazos, tirones y probabilidad de
lesionarse.
· Éxtasis de
final de carrera: tiene lugar
en la recta final de carrera, del kilómetro 42 al 42,195 que es donde se
encuentra la línea de llegada. Los corredores experimentan una subida
anímicamente al ver de lejos la línea de llegada.
Esta nueva
reacción en la cual nos olvidamos del dolor, del desgaste mental etc. viene
dada por la liberación abusiva de la endorfina, la cual se conoce como “hormona
de la felicidad”
“Pero ¿qué es ganar? ¿Cuál es la verdadera
victoria? ¿Qué es lo que hace al cruzar la línea de meta se me los pelos, que
note flotar mis pies y que no pueda evitar tener ganas de llorar, de gritar con
todas mis fuerzas, de echarme a correr y al mismo tiempo tirarme al suelo? ¿Qué
es lo que me hace sentir esta burbuja? La verdadera victoria no reside en
cortar la cinta al cruzar la meta, no reside en verse el primero de la lista en
la clasificación o en subir al peldaño más alto del podio. Nada de eso puede
hacer que te tiemblen las piernas de miedo y emoción. O en todo caso lo puede
hacer al recordar lo que has vivido antes. La victoria, la real, es aquella que
se encuentra en lo más hondo de cada uno de nosotros. Es aquella que no nos
creemos del todo que pueda llegar, a pesar de la preparación y la voluntad puestas,
y que finalmente llega. Es como si. Aunque de forma consciente y con la
calculadora en mano, después de muchas horas de preparación, de muchos días de
entrenamiento, de concienciarnos de que somos capaces de ganar, o simplemente
de terminar la carrera, existiera algo en nuestro inconsciente que nos dijera
constantemente que es imposible, que es demasiado bueno, demasiado grande,
demasiado increíble para ser verdad. Que lo que deseamos lograr es solamente un
sueño. Y al cruzar la meta, cuando echas la vida atrás y compruebas que es
real, que eres de carne y hueso y que lo que parecía posible solo en sueños se ha convertido en realidad,
te das cuenta de que esta es la verdadera victoria”.
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