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sábado, 19 de octubre de 2013

Las fases de un maratón: consejos y recursos

¿Quieres correr un maratón y estas inseguro? Es tu primer maratón y no sabes lo que te espera? ¿Tienes malos recuerdos de tu último maratón y quieres informarte mejor sobre lo que te vas a volver a encontrar? A continuación expondré las 6 principales fases que asume nuestro organismo en esta dura prueba, en ellas solicitaré consejos sobre como debemos actuar y posibles ayudas que nos pueden evitar a que dicha prueba no resulte tan cara y nos deje K.O  

Las fases son: 

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   Euforia: Su duración se extiende desde los minutos previos al gran acontecimiento hasta aproximadamente al kilómetro 5. Los corredores, motivados por el ambiente que respiraban en la salida y también por exceso de confianza pueden tender a salir a un ritmo mucho más rápido del que les conviene para que puedan llegar a meta en condiciones. Cierto es que durante esta etapa estamos totalmente activos física y mentalmente, el corredor no piensa en lo que vivirá en un par de horas, simplemente vive el presente y disfruta de su sensación. Cada corredor debe conocer cuáles son sus posibilidades y por eso debe intentar evitar dejarse llevar por otros corredores superiores a él. También se recomienda, a fin de evitar sobreesfuerzos y malas planificaciones haberse establecido previamente tiempos de paso concorde nuestro nivel personal, estos tiempos deben ser regulares, es decir: si en el km 10 he de pasar con 50min, en el km 21 no podré pasar en más de 2 horas 10min (significará que me habré extenuado muy temprano ya que el ritmo que me propuse era demasiado fuerte) y si por en cambio paso el km 21 en un tiempo de 1h45’-1h50’ significará que estoy cumpliendo con lo previamente marcado.
La mente no influye especialmente en esta fase, únicamente nos ha de saber frenar y ponernos en nuestro sitio.
 

·    Etapa de la “charla”: Esta etapa se extiende desde el kilómetro 6 hasta llegar al 14-15, el nombre de esta etapa ya habla de por sí en lo que consiste. Muchos corredores dedican a hablar con sus compañeros de viaje o de club y se muestran contentos, este es el momento en el que se pueden gastar bromas y/o contar chistes.
Algunos corredores, en esta etapa suelen caer en el engaño, afirmándose a si mismo frases como: (“ya voy por  el kilómetro 14 y me encuentro perfecto, así que puedo acelerar un poco”, (“ya llevo un tercio de la carrera, sólo me quedan dos tercios y no estoy cansado, ya sólo me quedan X kilómetros”). Sin embargo, la segunda afirmación es totalmente cierta, el km 14 representa 1/3 de la distancia total, pero sería un gravísimo error dar por igual los primeros 14 kilómetros que los 14 últimos (28-42) básicamente por el cansancio acumulado que lleva uno y que a veces le conduce al abandono antes de hora. Nuestra mente debe de mantenerse parcial y ser consciente de que no puede caer en este engaño psicológico, se trata de conocerse a uno mismo y llevar a cabo un ritmo que se ajuste a nuestro organismo y que podamos mantener aproximadamente hasta la llegada.


·         La transición: Se prolonga desde los kilómetros 16-17 hasta prácticamente llegar al kilómetro 23. Únicamente en estos kilómetros es cuando los corredores populares realmente corren con mucha cabeza y por lo tanto no cometen errores significativos. El nombre de transición viene dado por el cambio de estado del corredor alegre, motivado y feliz en un principio al corredor que empieza a notar un cansancio físico y mental. En este cambio hay unos kilómetros neutros, por eso a esta etapa se la denomina como  “etapa neutra”, que se refiere al estado del corredor, un estado en que la euforia inicial se ha desvanecido y el agotamiento y sufrimiento final aun no se han presentado. Nuestra mente apenas influye, no tiene altibajos y se mantiene muy concentrada en la disputa de la prueba.

·  La latente: Esta fase toma protagonismo desde el kilómetro 24 hasta llegar al “muro” que se sitúa poco después de cruzar el kilómetro 30. Es en este momento cuando las cosas se empiezan a complicar, se empiezan a notar las piernas cansadas y ya no apetece continuar.

Es entonces cuando se nos presentan algunos problemas, el primero de ellos es el inicio del cansancio psicológico, en el cual el corredor se repite a sí mismo “no tengo ganas de seguir corriendo” … para solventar esta dificultad conviene preparar estímulos positivos para la carrera, bien pueden ser amigos o familiares que nos animen en un punto previamente acordado (este apoyo recibido siempre da un plus de fuerzas al corredor) o también un corredor de apoyo que nos haga de liebre y nos ayude a continuar al mismo ritmo si puede ser.

El segundo problema que nos puede ocurrir son los pensamientos negativos donde el corredor pierde los papeles
repitiéndose a sí mismo “aun me queda mucho”, “ya no puedo más”… en este caso para combatir estos pensamientos necesitamos primeramente autoconfianza convenciéndose a uno mismo que va a lograrlo gracias a los entrenos previamente realizados con plena garantía y positivismo, pensando “ya he corrido X kilómetros”, “estoy haciéndolo francamente bien”
Al final de esta etapa encontramos lo que se conoce como “el muro”, es una barrera físico psicológica situada en el kilómetro 30 y que sufren muchos corredores, estos experimentan un cansancio físico y mental insuperable que les hace bajar drásticamente el ritmo y otros se ven obligados a abandonar.

En estas dos imágenes anteriores podemos observar que en la primera de ellas se pretende esperanzar a los corredores con el mensaje “El muro NO existe son los padres” y la segunda es una pintada en un muro reflectando la realidad.

·  Sufrimiento: Se extiende desde el kilómetro 32 hasta el kilómetro 42,0. Si anteriormente hemos sobrepasado nuestro ritmo optimo para llegar en condiciones, estos kilómetros serán un autentico infierno. El único deseo del corredor durante esta fase es terminar, llegar a meta de una vez por todas y decir que lo ha conseguido. A lo largo de esta etapa pueden ir apareciendo dificultades como dolores físicos (musculares, gemelo, espalda…) ante los cuales hemos de mantenernos concentrados y atentos a fin de evitar despistes por pequeñas molestias que, en muchos casos desaparecen, hemos de ser conscientes de que llevamos 3 horas corriendo y es normal que padezcamos dolores.
La ansiedad de final de carrera también cobra efecto en muchos corredores que a falta de 3-4 kilómetros se preguntan “¿Cuándo llegaré?”, “¡No se termina nunca!”, es ahí cuando debemos intentar evitar influenciarnos por los pensamientos negativos, debemos intentar ir con nuestro corredor de apoyo, y si no tenemos buscar un grupo amplio de corredores que nos ayude a ir aguantando.

“En estos momentos no existe la vida fuera de la carrera. La carrera es la vida y esta termina al cruzar la línea de meta”.
Existen unas determinadas técnicas psicológicas para afrontar los últimos 10 kilómetros del maratón, son las siguientes:

1.   Distraerse contado los kilómetros: Pensar siempre en el siguiente kilómetro controlando zancadas y cadencia
2.   Correr en compañía: Evitando las rivalidades, es motivador irse reforzando mutuamente con los demás corredores
3.   Animación: estímulo de público y familiares en el tramo final
4.   Hablar con uno mismo: sirve para acostumbrarse a la desesperación, es importante no venirse abajo ni ponerse autocrítico
5.   Mantener el esfuerzo: Debe de ser el mismo esfuerzo que hemos ido llevando durante toda la carrera, no hay que arriesgar ya que de esta forma evitaremos calambrazos, tirones y probabilidad de lesionarse.

·   Éxtasis de final de carrera: tiene lugar en la recta final de carrera, del kilómetro 42 al 42,195 que es donde se encuentra la línea de llegada. Los corredores experimentan una subida anímicamente al ver de lejos la línea de llegada.
Esta nueva reacción en la cual nos olvidamos del dolor, del desgaste mental etc. viene dada por la liberación abusiva de la endorfina, la cual se conoce como “hormona de la felicidad”
Pero ¿qué es ganar? ¿Cuál es la verdadera victoria? ¿Qué es lo que hace al cruzar la línea de meta se me los pelos, que note flotar mis pies y que no pueda evitar tener ganas de llorar, de gritar con todas mis fuerzas, de echarme a correr y al mismo tiempo tirarme al suelo? ¿Qué es lo que me hace sentir esta burbuja? La verdadera victoria no reside en cortar la cinta al cruzar la meta, no reside en verse el primero de la lista en la clasificación o en subir al peldaño más alto del podio. Nada de eso puede hacer que te tiemblen las piernas de miedo y emoción. O en todo caso lo puede hacer al recordar lo que has vivido antes. La victoria, la real, es aquella que se encuentra en lo más hondo de cada uno de nosotros. Es aquella que no nos creemos del todo que pueda llegar, a pesar de la preparación y la voluntad puestas, y que finalmente llega. Es como si. Aunque de forma consciente y con la calculadora en mano, después de muchas horas de preparación, de muchos días de entrenamiento, de concienciarnos de que somos capaces de ganar, o simplemente de terminar la carrera, existiera algo en nuestro inconsciente que nos dijera constantemente que es imposible, que es demasiado bueno, demasiado grande, demasiado increíble para ser verdad. Que lo que deseamos lograr es solamente un sueño. Y al cruzar la meta, cuando echas la vida atrás y compruebas que es real, que eres de carne y hueso y que lo que parecía posible solo en sueños se ha convertido en realidad, te das cuenta de que esta es la verdadera victoria”.



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